Vivimos en una sociedad donde esperamos recibir las dadivas de la vida, del planeta, de las personas, de los animales, y de Dios mismo. Pero lo paradójico de la sociedad, no es creer que se debe recibir primero, para luego dar; lo realmente paradójico es que cuando reciben, no dan. La biblia lo dice: “lo que des, se te dará siete veces siete”. Si una persona quiere logar muchas cosas en la vida, ¿No cree que pueda acelerar el proceso ayudando y dando a los demás?
Pero tenga cuidado! No de esperando su recompensa. Aprenda a
dar desinteresadamente. Cuando da esperando algo a cambio, no da realmente,
solo busca una inversión de riesgo muy elevado, donde la garantía de retorno
queda supeditada a la voluntad de alguien que ni siquiera conoces. Cuando da
desinteresadamente, le da a Dios; y creo que Dios le ha dado mucho más; Le ha
dado vida dotada de 5 sentidos:
La vista para contemplar la belleza del mundo y los paisajes
dibujados en él;
El oído para escuchar el trinar de las aves, el sonido del
viento, de las olas, de los ríos;
El gusto para el deleite de la comida y las bebidas;
El tacto para sentir la brisa, la lluvia, el sol, el agua,
las texturas, el calor de otra piel;
El olfato para captar los dulces aromas de la naturaleza;
Además, le ha dado agua, plantas, mares, ríos, personas que
le aman, y personas para que ame, y viva la belleza del amor; e innumerables
cosas más. Dios le ha dado sin escatimar “gastos”. ¿Por qué esperar algo a
cambio cuando da algo a Dios?
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