1. Determina tu nivel de integridad con respecto al dinero.
¿Haces compras y luego escondes la evidencia? ¿Te encuentras intentando
justificar cómo es que gastó el dinero? Tener integridad con respecto al dinero
significa que te sientes cómodo y honesto con cómo lo ganaste y con cómo lo
gastas.
2. Determina tu relación emocional con el dinero. Hazte algunas
preguntas difíciles como: ¿Estás gastando dinero para impresionar o controlar a
la gente, comprar amor o darte un capricho? Saber a dónde se va tu dinero te
permitirá tomar decisiones basadas en lo que actualmente está sucediendo en el
presente, en lugar de miedos o inseguridades que te quedan de experiencias
pasadas.
3. Ponte realista. Crea conciencia acerca del dinero. ¿Cuánto
ganas? ¿Cuánto gastas? ¿Cuentas con un presupuesto? ¿Sabes en qué estás
gastando tu dinero? ¿Sabes cuánto es el interés que te cargan en tu tarjeta de
crédito? ¿Te impacta el ver al final de año cuánto es lo que ganaste y sin
embargo no puedes definir a dónde se fue el dinero?
4. Identifica la diferencia entre gastos REALES y la falacia de
"compré esto porque estaba en muy buen precio". ¿En dónde está
gastándose el dinero y no disfrutándose? Las supuestas compras para ahorrar se
llevan el dinero en artículos que parecen muy buenos como para dejar pasar la
ocasión. Cuando controlas esta ansiedad, liberas fondos que puedes destinar a
cosas mucho más importantes. ¿Romperías y tirarías a la basura un billete de
500 pesos? Por supuesto que no. Sin embargo si tiras esa cantidad o más en
suscripciones a revistas que nunca o rara vez lees, en servicios telefónicos que
no utilizas o membresías de gimnasios a los que no vas.
Tomado de http://www.organizateya.com
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