Los
activos de una empresa comienzan a perder valor a lo largo del tiempo y esa
pérdida se amortiza teniendo en cuenta los años de vida del activo.
Las
amortizaciones son reducciones en el valor de los activos o pasivos para
reflejar en el sistema de contabilidad cambios en el precio del mercado u otras
reducciones de valor.
Con
las amortizaciones, los costes de hacer una inversión se dividen entre todos
los años de uso de esa inversión.
Distintos
conceptos de amortización:
En
contabilidad, se puede elegir entre dos conceptos de amortización. El primero
consiste en contabilizar una reducción directa del activo y un gasto en la
cuenta de pérdidas y ganancias.
Por
su parte, en el segundo concepto se contabiliza el mismo gasto en la cuenta de
pérdidas y ganancias pero en el balance de situación no se disminuye el valor
del activo. En lugar de eso, se crea una partida de pasivo para realizar la
disminución del capital.
Independiente
del concepto, se puede usar un número de métodos para calcular el tamaño de la
amortización cada año.
La
amortización lineal es el método más popular y al mismo tiempo el método más
simple.Con este, se reduce el valor de un activo por el mismo importe cada
año; es el sistemas
de amortización más común.
Método
lineal: Las cuotas de amortización son lineales, todos los años contables
tendrás una parte X igual de la amortización.
Ejemplo:
Compramos una máquina al precio de 10.000€ que se puede utilizar durante cinco
años, se divide el precio de la máquina entre los años y obtenemos que la
máquina pierde cada año 2.000€.
Curiosidades
Lingüísticamente
hablando de la amortización de activos, el término “depreciación” probablemente
es más apropiado para reflejar el ajuste del valor.
No obstante, en el ambiente
de contabilidad internacional (IAS, IFRS) las dos palabras significan cosas diferentes.
De hecho, el uso de
“amortización” se limita a activos intangibles y el de “depreciación” se
refiere a activos tangibles.
Tomado de
https://debitoor.es
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