Muchas personas creen que el dinero garantiza la felicidad y
que no tenerlo es motivo para ser infeliz. Sin embargo, esta afirmación entra
en vaivén cuando ve a uno personas de bajos recursos que son felices: desde el
gato hasta el jefe del hogar hay felicidad. Otras personas por el contrario
creen que es necesario elegir entre tener dinero o ser felices, puesto que
consideran que uno no puede vivir sin lo otro. Todo ello son patrones mentales.
Recordemos que el dinero en el mundo físico es solo una herramienta de valor
para alcanzar los sueños, pero en la mente de las personas es solo una idea, y
la felicidad dependerá de cuanto vive usted por la idea llamada dinero. ¿A qué
me refiero con esto? Me refiero precisamente a la cantidad de momentos, oportunidades
y situaciones que sacrifica una persona por obtener más dinero.
Recuerdo la historia de una señora que le compraba el periódico
a un niño en un semáforo, y se quedaba llorando porque sabía que el niño
vendedor de periódicos era más feliz que ella. ¿Y que tenía ella? Dos hermosos
hijos estudiando en buenas escuelas, un esposo dueño de una gran empresa, auto
propio, una excelente casa y un matrimonio destrozado.
Es necesario aprender a usar el dinero de tal manera que no
nos quite el tiempo para compartir en familia, para estar con los seres
queridos, para disfrutar de la simplicidad de la vida, y muchos menos, tiempo
para vivir. No estoy diciendo que el dinero no es importante, lo que estoy
tratando de decirle es que no lo ponga por encima de las personas que más ama.
Ser feliz es una decisión, y todos los días puede tomar esa decisión,
sin importar si tiene o no tiene dinero. La felicidad no se sustenta en bienes
materiales o elevados saldos bancarios; la felicidad se sustenta en su
interior, y depende solo de usted, decidir si es, o no es feliz.
Por Daniel Gómez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario