1. Un representante de ventas, un empleado de administración y
el gerente general de la compañía están yendo a almorzar cuando encuentran una
antigua lámpara de aceite.
Al frotar la lámpara sale un genio que les dice: “Voy a
darles un deseo a cada uno”.
“¡Yo primero! ¡Yo primero!” dijo el empleado de
administración. “Yo quiero estar en las Bahamas, conduciendo una lancha rápida,
sin ningún tipo de responsabilidad en el mundo”. Y el deseo se cumplió.
“¡Yo sigo! ¡Yo sigo!” dijo el representante de ventas.
“Quiero estar en Hawaii, relajado en la playa con mi masajista personal, un
suministro interminable de piñas coladas y el amor de mi vida”. Y el deseo se
cumplió.
“Tu turno”, le dijo el genio al gerente. “Quiero a los dos
de vuelta en la oficina después del almuerzo”, respondió.
Moraleja: Siempre deja que tu jefe tenga la primera
palabra.
2. Un hombre está entrando a la ducha mientras su mujer está
saliendo de bañarse, cuando de repente suena el timbre del hogar. La esposa se
ajusta rápidamente una toalla y se dirige a abrir la puerta.
Cuando la abre, allí está Bob, su vecino. Antes de que ella
diga algo, Bob le dice: “Te voy a dar 800 dólares si botas la toalla”.
Tras pensar por un momento, la mujer deja caer su toalla y
se encuentra desnuda delante de Bob, y después de unos segundos, Bob le da los
800 dólares y unas hojas. La mujer se ajusta nuevamente la toalla y entra al
hogar.
Cuando llega al baño, su marido le pregunta: “¿Quién era?”
“Bob, el vecino”, responde ella.
“Bien”, dijo el marido, “’¿Te mencionó algo sobre los 800
dólares que me debe?
Moraleja: Si compartes a tiempo información crítica
relacionada con riesgos de crédito a tus accionistas, evitarás –sin duda-
alguna exposición evitable.
Tomado de http://www.elemprendedor.ec
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