La inversión, dentro del ámbito
económico, hace referencia a empleo de capital para tener ganancias en el
futuro.
Existen distintos tipos de
inversión, que pueden ser clasificados según:
El tiempo requerido:
Inversión a largo plazo: como en
cualquier otra, es necesario un cierto monto de dinero, conocido bajo el nombre
de capital inicial. Estas son las inversiones que más
tiempo requieren, pero normalmente permiten obtener los mejores beneficios.
Estas suelen estar en relación con el comienzo de negocios muy importantes o
nuevas empresas.
Cuando comienzan a desarrollarse
las empresas, no se pretende obtener ganancias inmediatas, el objetivo se
relaciona con la generación de una base que en un futuro brinde los beneficios
deseados.
Inversiones de plazo medio: si
bien en estas inversiones los beneficios no son adquiridos de manera inmediata
como en las inversiones de corto plazo, tampoco es necesario esperar años para
poder ver los frutos de la inversión.
Algunos ejemplos de este tipo son
la compra y venta de divisas, que genere una cierta diferencia para el que
realiza la transacción, lo mismo con la compra de un inmueble o incluso con un
mueble, como un auto para convertirlo en un vehículo destinado al trasporte de
pasajeros.
Inversiones a corto plazo: en
este caso el capital invertido es retribuido, junto con las ganancias de manera
muy rápida. Se considera que el tiempo estimado para recuperar el dinero debe
ser menor a veinticuatro meses, pero no se pretende que sea antes de los seis.
En este caso las ganancias obtenidas son resultan tan altas como las de los
otras clases de inversiones.
Cuáles serán las inversiones:
Bonos: quienes poseen el capital
acceden a bonos, que sólo los conservan cuando representan ganancias o
beneficios. Los inversores pueden retirar esos bonos para poder financiar otro
tipo de negocios. No suelen ser recomendadas como inversiones a corto plazo.
Acciones: de esta manera los
inversores acceden a un cierto porcentaje, en cuanto a su valor o sus derechos,
de una determinada empresa. La compra de acciones permite obtener beneficios a
largo plazo.
Depósitos: la forma más sencilla
de acceder a inversiones de corto plazo son a través de los depósitos en
bancos. Si bien las ganancias pueden ser inferiores en relación a otras
inversiones, quien deposita tiene la certeza que será devuelto todo su capital
inicial, es decir que no existe la posibilidad de tener pérdidas. Además si son
depósitos a corto plazo es posible de retirar el dinero en cualquier momento,
permitiendo otras inversiones en el momento que se presenten.
Propiedad: no sólo permite
acceder a grandes beneficios económicos, sino que también son muy seguros. Es
muy conveniente para las empresas que pretenden tener beneficios a largo plazo.
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