La séptima Cumbre de las Américas abrió su telón el viernes 10 de Abril en Panamá, con la
participación de Cuba por primera vez y con todo el interés volcado en lo que
haga el líder de la isla comunista Raúl Castro y el presidente estadounidense
Barack Obama, meses después del anuncio histórico de restablecer relaciones
entre los dos países tras medio siglo de desavenencia.
Los
reflectores también estarán en el mandatario venezolano Nicolás Maduro, quien
llegó a Panamá en medio de un recrudecimiento de las tensiones con Estados
Unidos, después de que el gobierno de Obama decretase sanciones y declarara a
la nación petrolera una amenaza para la seguridad estadounidense.
El
líder venezolano ha anticipado que entregará a su par norteamericano una lista
con millones de firmas de compatriotas que piden el cese de esa medida,
cuestionada por otros gobiernos en la región.
Apenas
se bajó del avión que lo trajo a Panamá, Maduro la emprendió contra Estados
Unidos. Criticó la política exterior de Estados Unidos, desde un monumento a
las víctimas de la invasión estadounidense a ese país en 1989.
El
monumento está en El Chorrillo, un barrio pobre del centro de la capital
panameña donde se libraron algunos de los combates más fuertes durante la
invasión.
Trinidad
Ayola perdió a su esposo en los combates. Tratando de contener las lágrimas,
Ayola dijo que no es la primera vez que un jefe de estado, extranjero o
panameño, visita el sencillo monumento en las dos décadas desde que se levantó.
Ella y otros quieren que el presidente estadounidense Barack Obama se disculpe
por los muertos panameños, que se calculan entre 500 y 4.000.
Las
tensiones entre Washington y Caracas han aumentado en semanas recientes debido
a la sanciones, en momentos que Obama y Raúl Castro, un aliado clave de Castro,
avanzan hacia la reanudación de relaciones diplomáticas.
Maduro
también escuchará, aunque no necesariamente dentro de las deliberaciones con
sus pares del hemisferio, exigencias de críticos y opositores a su gobierno
para que libere a presos políticos y asegure unos comicios parlamentarios
libres y transparentes este año.
El
presidente anfitrión Juan Carlos Varela, un centrista que ha tendido un canal
panameño para el diálogo y resolver diferencias, inaugura la reunión por la
noche, en un acto en que también intervendrán los secretarios generales de la
ONU y la OEA, Ban Ki-Moon y José Miguel Insulza, respectivamente.
La
ceremonia tiene lugar en un centro de convenciones ubicado a orillas de la
bahía de Panamá, sobre la vertiente del Pacífico.
Varios
líderes de la treintena que asiste a la cita el viernes y sábado arribaron en
la víspera, entre ellos Obama y Castro. Curiosamente, el avión del mandatario
cubano llegó a un aeropuerto al oeste de la capital que sirvió hace una década
y media como base aérea de los militares de Estados Unidos y desde donde
partieron muchos de los vuelos para el bombardeo aéreo en la capital durante la
invasión del 20 de diciembre de 1989.
Los
líderes discutirán en Panamá sobre prosperidad y equidad y cómo impulsar la
cooperación para ayudar a mejor la vida de los pobres en el hemisferio.
De
acuerdo con organismos de las Naciones Unidas, en América Latina y el Caribe
persisten alrededor de 167 millones de pobres, a pesar de los avances que ha
tenido la región en ese asunto y al crecimiento económico que evidenció la zona
en la última década.
Simultáneo
a la cita presidencial, grupos populares, sindicales e indígenas realizan sus
propias cumbres, en las que esperan la asistencia de algunos de los líderes
socialistas de la región.
Tomado del Comercio
Fuente:
AP
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